Estamos acostumbrados a vivir creyendo y pensando que todo lo que nos pasa es consecuencia de lo que nos hacen o dicen los demás, del tiempo, de los acontecimientos de la vida… en definitiva, pensamos que no hay nada a nuestro alcance y que vivimos esclavizados por nuestras propias experiencias.
Pero a pesar de lo que nuestra mente nos haga creer, sin darnos cuenta estamos constantemente proyectando hacia afuera nuestro mundo interior, es decir, todo lo que pensamos y sentimos consciente o inconscientemente .
Y esta proyección ¿cómo puede ayudarte?
Existe una ley universal, la Ley de Correspondencia de Kybalion o Ley del Espejo que nos permite ver de una manera más clara, qué tenemos que cambiar en nosotros para poder vivir una realidad bien diferente a la que estamos viviendo.
Esta Ley de Correspondencia o Ley del Espejo dice:
“Como es arriba es abajo y como es adentro es afuera”
Eres un ser creador: Estás creando constantemente y sin ser consciente de ello, todo tu mundo, tus experiencias, y relaciones atrayendo a las personas necesarias para tu creación, etc.
Pero lo mejor de todo es que también tienes el poder de crear todo lo que desees.
¿Cómo funciona?
Tus pensamientos y emociones generan una vibración que se esparce generando una onda de energía por todo el campo universal.
Esa onda conecta con todo aquello que vibra en la misma frecuencia (personas, experiencias, situaciones…) atrayéndolas hacia a ti por resonancia.
De este modo puedes ver, a través de lo externo, cómo está tu mundo interior.
En otras palabras, estás pidiendo al Universo que te traiga más de lo que tu piensas o sientes para poder verlo ante ti.
Pero, ¿cómo puedes ver qué estás pidiendo al Universo vivir o experimentar?
Aquí te comparto de manera sencilla cómo puedes ver reflejado en tus circunstancias de vida o en tus relaciones con las personas que te rodean, qué pensamientos, creencias y emociones mantienes en tu interior y que ya va siendo hora de cambiar y darles el giro que necesitas para encontrar tu bienestar.
La técnica del espejo: haz consciente lo inconsciente
Se trata de encontrar la pregunta adecuada en cada circunstancia que te cause sufrimiento o dolor y tomar conciencia de lo que estás manifestando para poder cambiarlo.
1) Igual: el aspecto negativo que veo en el otro no lo reconozco en mí, pero si observo más de cerca, puedo ver que eso mismo me lo estoy haciendo yo.
Vamos a verlo más claro con un ejemplo:
En muchas ocasiones te molesta cómo te tratan los demás, te incomoda y no entiendes porqué te hablan de esta manera si tu no lo haces a los demás.
Es más, eres de esas personas que evitan los problemas.
Para averiguar qué esconde esta situación dolorosa, pregúntate ¿Cómo te tratas a ti mismo? ¿Te tratas bien? ¿Te hablas con respeto? (recuerda que todo lo que ves fuera está dentro de ti, es un reflejo de tu mundo interior)
2) Opuesto: yo soy todo lo contrario al aspecto negativo que me molesta del otro.
Vamos a verlo más claro con un ejemplo:
No soporto que mis hijos y mi marido tengan la casa “patas arriba”. Me paso el día ordenando y limpiándolo todo y ellos no le dan importancia a mi esfuerzo y sacrificio.
Ahora pregúntate: ¿Eres tan perfeccionista y ordenado que no te permites el descanso? ¿eres rígido y extremadamente exigente con los demás?
La experiencia te indica más disfrute y fluidez con la vida.
3) Juicios: juzgar a otros o a situaciones es juzgarme a mí mismo. Es dar la orden de sentencia para que la otra persona continúe siendo así hasta que me de cuenta de la información que hay para mí.
Vamos a verlo más claro con un ejemplo:
Todas mis relaciones con los hombres han acabado mal cuando les he pedido pasar a otro nivel en la relación. Juicio: Los hombres jamás se comprometen, son mujeriegos porque les asusta el compromiso.
Vamos a ver qué esconde este juicio o sentencia:
Al creer firmemente que los hombres en general jamás se comprometen, que son así por naturaleza, estás pidiendo al universo que más hombres no quieran comprometerse contigo y así re-confirmar, una y otra vez, que esta creencia es verdadera.
Y como hemos dicho que todo habla sobre ti, pregúntate: ¿en qué no me estoy comprometiendo conmigo misma?
4) Lo que haces a terceras personas: Lo que te molesta que te hagan, mira si tú lo estás haciendo a los demás.
5) Idealización: Tener expectativas sobre alguien o algo y querer cambiarlo.
Esperar que la persona se comporte o sea de cierto modo o que las circunstancias salgan como esperas (como las has diseñado previamente en tu cabeza), te va a traer frustración y rabia.
¡Acepta, suelta los prejuicios y permite que la vida te sorprenda!
Existen más tipos con los que verte reflejado, pero estos que te detallo aquí son más que suficientes como para hacer un cambio importante en tu vida y en tus relaciones.
¿Te animas a sorprenderte viviendo la magia?
Te animo a practicar y a estar atenta/o a tus pensamientos y emociones con el siguiente ejercicio:
Elige a un miembro de la familia con la que convivas y observa tus reacciones con el/ella.
¿cómo le ves? ¿qué te disgusta de su comportamiento o forma de ser?; en definitiva, ¿qué cambiarías de esta persona para mejorarla?
Ahora, cambia eso mismo en ti.
Y Voilà!